Comer bien también es saber por dónde empezar
Hoy es 28 de mayo, Día Mundial de la Nutrición. Y no, no te voy a hablar de dietas ni te voy a decir que dejes el pan para siempre.
Hoy quiero contarte algo que puede ayudarte más de lo que imaginas, y que casi nadie te dice: el orden en que comes los alimentos puede cambiar cómo te sientes durante el día.
Así de simple.
Te explico. Si cuando comes empiezas con vegetales (como ensalada, nopales, calabazas, lentejas, etc.), luego sigues con proteínas (pollo, carne, pescado, huevo, frijoles...) y dejas al final los carbohidratos (arroz, pasta, tortillas, fruta dulce, pan o postre), tu cuerpo va a procesar mejor todo lo que comiste.
¿Y eso qué logra?
- Que no se dispare el azúcar en tu sangre.
- Que te sientas satisfecho por más tiempo.
- Que no te dé el bajón de energía después de comer.
- Y que evites esos ataques de hambre a media tarde.
Este pequeño cambio puede ayudar a todas las personas, desde quien solo quiere sentirse mejor, hasta quien tiene prediabetes, diabetes o quiere cuidar su peso sin complicarse la vida.
No necesitas volverte experto ni seguir una dieta de moda. Solo hay que entender que el cuerpo tiene su forma de funcionar, y si lo respetamos, él responde.
Imagina que tu digestión es como una fila: si pones primero lo que se digiere más rápido (como el pan o la fruta dulce), tu cuerpo lo absorbe como un flash, sube el azúcar y después… viene el bajón.
Pero si empiezas con fibra y proteína, el cuerpo va más tranquilo, sin picos ni caídas.
Esto lo puedes hacer hoy mismo. No cuesta más, no toma tiempo, y nadie necesita saberlo. Es solo entre tú y tu cuerpo.
Pero si empiezas con fibra y proteína, el cuerpo va más tranquilo, sin picos ni caídas.
Esto lo puedes hacer hoy mismo. No cuesta más, no toma tiempo, y nadie necesita saberlo. Es solo entre tú y tu cuerpo